top of page
Buscar

COVID-19: la crisis madre de una nueva época

Foto tomada de Financial Times, ©Philip Fong/AFP/Getty.





“Sólo una crisis -verdadera o percibida- genera un cambio verdadero. Cuando esa crisis ocurre, las acciones que se toman dependen de las ideas que están circulando en el ambiente.” —Milton Friedman


Dejando de lado todos los desaciertos que ha dicho Milton Friedman, el economista neoliberal por excelencia y extremista en favor del libre mercado, su cita anterior, retomada recientemente por la politóloga Naomi Klein (1), me pareció particularmente acertada para comprender el momento que vivimos dentro de la nueva crisis mundial del coronavirus. Independientemente de los señalamientos que indican que la tasa de mortalidad del COVID-19 es mucho más baja que la de otras enfermedades que han sacudido el globo en tiempos recientes (2), la realidad es que debido a una serie de circunstancias el coronavirus se ha convertido en una de las mayores crisis políticas, económicas y de salud del mundo globalizado en las últimas décadas. Lo anterior se debe principalmente a la facilidad de contagio del virus, al desconocimiento en torno a su desarrollo y posible curación, y a su desenlace en varios de los centros de actividad económica global como China, Europa y ahora EUA, de tal suerte que la pandemia del COVID-19, como todas las crisis que logran afectar aspectos tan amplios de la vida en sociedad, está destinada a traer consigo grandes transformaciones en todas las regiones del planeta. La naturaleza de estas transformaciones, sin embargo, no está predefinida, sino que dependerá de las características sociales y de las fuerzas políticas que logren predominar dentro de los distintos contextos nacionales.

En algunos casos, la naturaleza de los posibles cambios ya empieza a perfilarse. Existen sectores políticos, como la izquierda estadounidense de Bernie Sanders, el gobierno del progresista Pedro Sánchez y el gobierno del neoliberal (ahora reconvertido a socialdemócrata) Emmanuel Macron (3) que señalan dentro de esta crisis la importancia de recuperar los estados de bienestar, de no abandonar el financiamiento público de los sistemas de salud, ya sea por humanismo y solidaridad, o al menos por el crudo cálculo de que, precisamente en situaciones como la que estamos viviendo, la seguridad de las élites depende del acceso a la salud del resto de la sociedad. Sin embargo, otros actores como el virtual candidato demócrata y paladín del establishment liberal norteamericano, Joe Biden, se muestran más moderados e intentan mantenerse leales a su armadura neoliberal —aunque empiezan a mostrar sus primeras grietas ante la crisis— arguyendo en favor de una política de gratuidad y financiamiento expandido del sistema de salud, pero que estaría condicionada a mantenerse únicamente durante el periodo de crisis. Incluso Steven Mnuchin, considerado como uno de los criminales que lucró deliberadamente con la crisis económica de las hipotecas en 2008 y a quien Trump puso a cargo de la Secretaría del Tesoro estadounidense, ahora está a favor de un ingreso básico universal para contener el golpe económico de la cuarentena sobre las masas estadounidenses (4), a las que hace unos años, sin embargo, no dudó en defraudar y dejar sin empleo mediante sus actividades en la compañía financiera Goldman Sachs.


Aunque difieran sobre qué tan lejos llegar en sus medidas de bienestar, el cálculo político básico es el mismo en todas las clases dominantes: si no concedes y provees aunque sea un mínimo de seguridad a las masas empobrecidas, las condiciones con esta nueva crisis podrían ser trágicas para la sociedad en su conjunto, inclusive para las élites. Claramente, esta crisis ha demostrado que muchas de las políticas de bienestar social y salud universal que hace unos meses se decían imposibles ahora no son sólo viables, sino en cierta medida necesarias para que el capitalismo pueda mantener a su base de consumidores y pueda seguir funcionando, además de poder evitar o cuando menos minimizar los disturbios populares que podrían estar esperando a la vuelta de la esquina.


Desafortunadamente, desde la Revolución Mexicana hasta el Frente Popular Francés, la historia demuestra que no es hasta que las clases dominantes de una sociedad se sienten amenazadas que éstas están dispuestas a aceptar la institucionalización de un poco de solidaridad como compromiso. Pero sólo un poco. La caída económica ya comenzó en varios países; en todos ellos ya empezaron a alzarse dedos en las salas de las grandes industrias, solicitando compensaciones de los Estados por las pérdidas de este periodo extraordinario. Algunas de ellas incluso buscan compensación por pérdidas con poca o ninguna relación con la actual crisis. Véase, por ejemplo, el caso de la empresa aeroespacial Boeing en los Estados Unidos, la mayor exportadora de ese país, que ahora solicita un rescate financiero del gobierno estadounidense, pero cuyos problemas administrativos iniciaron mucho antes de los últimos meses (5). También se puede mencionar el caso de la CONCAMIN en México, que hace poco solicitó al gobierno mexicano posponer el etiquetado de advertencia para alimentos y bebidas “para afrontar la crisis del coronavirus” (6), sin explicar por qué un mayor consumo de bebidas azucaradas aportaría algo positivo al combate del virus, especialmente si se considera que esto es una de las principales agravantes de la diabetes mellitus, enfermedad cuyo índice de mortandad supera a la violencia armada en la nación mexicana (7) y que es uno de los factores de riesgo para sufrir condiciones críticas ante el COVID-19 (8). Por su parte, en Ecuador, el gobierno de Lenin Moreno ha aprovechado la ocasión para empujar una reforma a su Código Orgánico y Financiero que le resta poder de préstamo a las instituciones del Estado y que arrincona al gobierno a endeudarse con la banca privada o con los organismos internacionales para cuando llegue la hora de enfrentar la epidemia (9). Estos son tan sólo algunos ejemplos para demostrar que la crisis del coronavirus se está convirtiendo en el escenario de una verdadera lucha de clases e intereses en todos los países en los que la enfermedad se ha presentado o en los que está empezando a propagarse. Lo que es indudable es que el arreglo social y la correlación de fuerzas no serán iguales en ninguna de estas sociedades antes y después de la crisis.


Por otra parte, al nivel de lo más estrictamente político, la pandemia sin duda ha conducido a la activación de los discursos colectivos en todas las geografías, pero estos discursos también han variado en sus manifestaciones, adquiriendo diversas formas e inclinaciones ideológicas. Una parte se ha inclinado a pensar que afrontar una pandemia de esta magnitud, que evidencia la interconexión de nuestras sociedades modernas, debería convocar a un llamado a la solidaridad internacional y a una conciencia humanista que abandonase los nacionalismos para la resolución de los problemas globales. Y en algunos casos así ha sido: el ejemplo de esta perspectiva lo han puesto los gobiernos cubano y chino, enviando unidades médicas a países en el epicentro de la pandemia como Italia (10) y a zonas extremadamente vulnerables, como Irak y Venezuela (12). Sin embargo, ante la epidemia también se asoman otras formas de reacción política menos esperanzadoras: agrupaciones como la Lega Norte en Italia (12) y el propio Trump en los Estados Unidos han utilizado la crisis para exacerbar la xenofobia y la importancia de un sistema de fronteras duras. En los últimos días, la administración de Trump no solo ha restringido el flujo en la frontera con México, sino que ahora busca expulsar al territorio mexicano a todos los migrantes solicitantes de asilo estadounidense, algo que diversas cortes norteamericanas le habían impedido hacer hasta a la fecha, pero que ahora está facultado a hacer bajo el Código Legal Federal 265, que permite estas acciones como medidas de emergencia para la contención de una pandemia. (13)


Al mismo tiempo, bajo el pretexto —justificado o no— de contener la epidemia, la línea de la mayoría de gobiernos alrededor del mundo ha sido emular el ejemplo chino y coartar las libertades individuales y colectivas de sus propias poblaciones, estableciendo duros controles sociales que, en ciertos casos, presentan el riesgo de alargarse más allá de lo requerido por la pandemia. Eso parece sugerir el ejemplo del militarismo de Nayib Bukele en el Salvador, que ya había comenzado su escalada hace meses, pero que, al aplicar medidas anticipadas de cuarentena nacional, parece haber aprovechado la crisis del coronavirus para consolidar su control autoritario (14). En EU, la politóloga Naomi Klein señaló la estremecedora posibilidad de que Trump —quien ya advirtió que la crisis podría durar hasta 18 meses y que se considera a sí mismo “un presidente en tiempos de guerra” (15)— pueda aprovechar la pandemia para justificar la cancelación de las elecciones de noviembre y prolongar su mandato más allá del término constitucional ordinario (16).


Las crisis como éstas pueden tener un efecto paralizador sobre nosotros; no obstante, es importante que los sectores progresistas no sucumbamos ante dicho efecto, porque es precisamente durante estos contextos cuando se suele alterar radicalmente el rumbo de la Historia. En la década de 1930, en un contexto mundial muy distinto pero en ciertos aspectos parecido (con el halo de una recesión global y la movilización masiva de recursos por los Estados), algunos países tomaron el rumbo de la socialdemocracia y otros el del fascismo plenamente autoritario. Durante los próximos meses es posible que muchas sociedades alrededor del mundo se enfrenten a una disyuntiva parecida: reforzar la solidaridad creando o ampliando instituciones de bienestar público en el sector salud y en otras esferas, o reforzar la xenofobia y el autoritarismo, fortaleciendo el tipo de regímenes fascistas que encarnan estos valores. En algunos casos, puede que el resultado sea una mezcla de ambas orientaciones: mayor solidaridad e instituciones de bienestar hacia adentro y mayor exclusión y odio hacia afuera. Estoy convencido de que a mediano plazo la tarea de las distintas izquierdas democráticas del mundo será encargarse de que el camino que se tome se incline más hacia la primera que hacia la segunda de estas alternativas.



Referencias


(1) Klein, N. (2020, 16 de marzo). CORONAVIRUS CAPITALISM — AND HOW TO BEAT IT. The Intercept. Consultado en https://theintercept.com/2020/03/16/coronavirus-capitalism/.


(2) Compárese a las tasas de fatalidad estimadas para el Covid19, que oscilan entre el 1% y el 3%, con el 9.6% del Síndrome respiratorio agudo grave (SARS) que sacudió Asia a principios de los 2000s: Secon, H. (2020, 18 de febrero). The novel coronavirus seems to have a low fatality rate, and patients are making full recoveries. Experts reveal why it's causing panic anyway. Business Insider. Consultado en https://www.businessinsider.com/wuhan-coronavirus-unnecessary-panic-experts-say-2020-1?r=MX&IR=T.


(3) Sobre la conversión reciente del mandatario francés, léase:

Covid: Macron reconoce que salud pública debe estar fuera del mercado. (2020, 14 de marzo). Regeneración. Consultado en https://regeneracion.mx/covid-macron-reconoce-que-salud-publica-debe-estar-fuera-del-mercado/.


(4) Clifford, C. (2020, 17 de marzo). ‘Americans need cash now:’ Coronavirus has lawmakers calling for UBI. CNBC Make It. Consultado en https://www.cnbc.com/2020/03/17/ubi-during-coronavirus-who-supports-giving-cash.html.


(5) Ferhnholz, T. (2020, 18 de marzo). Coronavirus bailouts should prioritize workers over shareholders. Quartz. Consultado en https://qz.com/1820286/coronavirus-bailouts-should-prioritize-workers-over-shareholders/.


(6) Piden posponer etiquetado ante covid-19. (2020, 17 de marzo). Reforma. Consultado en https://www.reforma.com/aplicacioneslibre/preacceso/articulo/default.aspx?__rval=1&urlredirect=https://www.reforma.com/piden-posponer-etiquetado-ante-covid-19/ar1898916?referer=--7d616165662f3a3a6262623b727a7a7279703b767a783a--.


(7) Sobre la diabetes como la segunda causa de muerte en la nación mexicana: Estadísticas en México. (n.d.). Consultado el 18 de marzo, 2020, de http://fmdiabetes.org/estadisticas-en-mexico/. Nótese que el cálculo de los fallecidos en las últimas dos décadas ya supera con creces, no sólo a las muertes de la guerra contra el narcotráfico (250-300 mil decesos), sino las de la Revolución Mexicana: Mejía, X. (2017, 14 de noviembre). Muertes por diabetes, mismo número que las de la Revolución. Excelsior. Consultado en https://www.excelsior.com.mx/nacional/2017/11/14/1201045.


(8) ¿Por qué el coronavirus es más peligroso para las personas con diabetes? (2020, 19 de marzo). El Universal. Consultado en https://www.eluniversal.com.mx/nacion/sociedad/por-que-el-coronavirus-es-mas-peligroso-para-las-personas-con-diabetes.


(9) Varela, M. (2020, 17 de marzo). Frente a la propuesta neoliberal del plan de emergencia económica nacional, existen alternativas idóneas – Análisis Marcelo Varela. Confirmado.net. Consultado en https://confirmado.net/2020/03/17/frente-a-la-propuesta-neoliberal-del-plan-de-emergencia-economica-nacional-existen-alternativas-idoneas-analisis-marcelo-varela/.


(10) Véase sobre el caso chino con Italia: Llega a Italia un avión chino con material médico y nueve expertos en la lucha contra el coronavirus. El Mundo. Consultado en https://videos.elmundo.es/v/0_g01p2zze-llega-a-italia-un-avion-chino-con-material-medico-y-nueve-expertos-en-la-lucha-contra-el-coronavirus?count=0. Sobre el caso cubano: Embajada de Cuba en Italia informa sobre eventual colaboración ante la COVID-19. (2020, 15 de marzo) Cubadebate. Consultado en http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/03/15/embajada-de-cuba-en-italia-informa-sobre-eventual-colaboracion-ante-la-covid-19/#.XnUjZy3mGfV.


(11) Sobre el caso chino con Irak: Xie, E. (2020, 8 de marzo). China sends medical team to Iraq to help tackle coronavirus epidemic. South China Morning Post. Consultado en: https://www.scmp.com/news/china/society/article/3074166/china-sends-medical-team-iraq-help-tackle-coronavirus-epidemic. Sobre el caso chino con Venezuela: Cargo Arrives in Venezuela With Medical Aid From China. (2020, 19 de marzo). Telesurtv.net. Consultado en: https://www.telesurenglish.net/news/cargo-arrives-in-venezuela-with-medical-aid-from-china-20200319-0014.html.


(12) Sobre la estrategia de la Lega Norte para capitalizar sobre la crisis: Nugent, C. (2020, 24 de febrero). Italy's Far-Right Seeks to Gain from Coronavirus Outbreak. Time. Consultado en https://time.com/5789666/italy-coronavirus-far-right-salvini/.


(13) Sobre el movimiento de Trump para expulsar migrantes durante crisis: Kanno Youngs, Z., Shear, M. D., & Habberman, M. (2020, 17 de marzo). Citing Coronavirus, Trump Will Announce Strict New Border Controls. The New York Times. Consultado en: https://www.nytimes.com/2020/03/17/us/politics/trump-coronavirus-mexican-border.html.


(14) Sobre la escalada del autoritarismo de Nayib Bukele en el Salvador: Goodfriend, H. (2020, 20 de febrero). El Salvador President Nayib Bukele Is Flirting With Fascism. Jacobin Magazine. Consultado en: https://jacobinmag.com/2020/02/el-salvador-president-nayib-bukele-is-flirting-with-fascisms. Y sobre las medidas anticipadas del gobierno salvadoreño ante la pandemia: Jiménez, S. (2020, 12 de marzo). El Salvador sigue los pasos de Italia al declarar cuarentena nacional por el coronavirus . Los Angeles Times. Consultado en: https://www.latimes.com/espanol/california/articulo/2020-03-12/el-salvador-sigue-los-pasos-de-italia-al-declarar-cuarentena-nacional-por-el-coronavirus.


(15) Sobre las declaraciones recientes del mandatario estadounidense: Oprisko, C. & Luthi, S. (2020, 18 de marzo). Trump labels himself ‘a wartime president’ combating coronavirus. Politico. Consultado en: https://www.politico.com/news/2020/03/18/trump-administration-self-swab-coronavirus-tests-135590 .


(16) Klein, N. Ibidem.


bottom of page